LA CRUELDAD DE LA CONTRAINTELIGENCIA EN VENEZUELA
Abril 27, 2020
Los organismos de contrainteligencia del régimen madurista se destacan por tratar mayormente
con casos militares y por actuar con gran crueldad y tratos inhumanos al momento de intentar
sacar información a los detenidos, de acuerdo al más reciente informe
de la organización Una Ventana a la Libertad.
La Contrainteligencia madurista se ha encargado en los últimos años, de aplacar la turbulencia
política en el ala castrense, investigando los delitos de naturaleza militar y no dejando lugar a dudas
de que las órdenes que recibe este cuerpo, desde las más altas instancias del régimen, están
cargadas de ilegalidades, violencia y violación a los Derechos Humanos.
Desde diciembre del 2019 el marco jurídico en el que se apoya la Dirección Genera
l de Contrainteligencia Militar (DGCIM) cambió al entrar en vigencia la denominada Ley Constitucional de la
Fuerza Armada Nacional Bolivariana, aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente. Los cambios aún
están por concretarse, sin embargo una de las novedades de la ley es que confiere a todos los
componentes la función de “contribuir con el sistema de inteligencia y contrainteligencia nacional”, lo que
hace que la DGCIM cobre una mayor importancia desde el punto de vista institucional pues por
primera vez los componentes armados de las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas estarían
subordinados a este despacho.
La ONG Una Ventana a la Libertad ha hecho un recuento del comportamiento de este peligroso brazo
del gobierno instalado en Miraflores y de sus centros de detención en Caracas, lugares donde se ha
constatado, se han llevado a cabo prácticas violatorias de los Derechos Humanos que van
desde torturas, tratos crueles e inhumanos y régimen disciplinario.
Centro de Detención de la DGCIM en Boleíta
Pese a múltiples denuncias públicas sobre ejecución de torturas y tratos crueles, inhumanos y degradantes
hacia quienes estaban en custodia de la DGCIM, las prácticas de este tipo no se detuvieron y cobraron mayor
gravedad al confirmarse la muerte en custodia del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, el 29 de julio
del 2019, presuntamente como consecuencia de los golpes recibidos a manos de agentes de esta dependencia, mientras
era investigado.
Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, dijo la autopsia
practicada a Acosta Arvelo “reveló que había sufrido múltiples golpes, contusiones, excoriaciones
y quemadoras en varias partes del cuerpo. Sufrió fracturas en 16 costillas, el tabique nasal y el pie derecho”.
El caso de Acosta Arévalo representa un patrón de conducta de los funcionarios encargados de las
investigaciones penales en este despacho militar, patrón que se repitió mucho más de ahí en adelante, en
la medida que se incrementaban los detenidos por presuntas conspiraciones contra Maduro y su
gobierno, según Primer Informe.
El informe de la ONG aclara que “si bien las fuentes señalan que las torturas son ejercidas presuntamente por
funcionarios de ese despacho, esto no siempre ocurre en la sede de la institución. Existen señalamientos
fundamentados en cuanto a la utilización de inmuebles distintos a la sede central de Boleíta. A estos lugares
llegan las comisiones inmediatamente después de que se han producido las detenciones, y antes de dar
formal entrada al aprehendido en la sede central. La ubicación de estas ‘casas seguras’ es incierta, puesto
que las personas son trasladadas a ellas con las caras tapadas con capuchas o máscaras. Dos casos
conocidos indican que la ubicación es en lugares de la montaña, en la periferia de la capital”.
Igualmente, en esta sede central se ha señalado la existencia de un lugar específico para
estas prácticas, bajo dominio de los agentes de la Dirección de Investigaciones Estratégicas. Se trataría
de una habitación con paredes blancas y pocos muebles. Los instrumentos para torturar serían
llevados a ese sitio, depende del procedimiento a ejecutar para la obtención de información.
He aquí una lista detallada de las modalidades de tortura referidas por las víctimas o sus abogados:
Interrogatorios con golpes en los costados, en el plexo solar, en la espalda o la cabeza, mientras
la víctima está desnuda. Es aplicada tanto a los hombres como a las mujeres, quienes permanecen
esposados por la espalda, sentados o guindados. Las víctimas pueden ser torturados
por funcionarios de ambos sexos. Las golpizas son aplicadas con breves períodos de descanso.
Arrastrar a las detenidas halándoles el cabello hasta que se desprende. Aplicado sólo a las mujeres.
Inyección de psicotrópicos para propiciar una confesión. Las punciones son hechas en las extremidades.
Descargas eléctricas en genitales y pecho. Aplicado a personas del sexo masculino.
Sofocamiento con bolsa o paño de tela en la cabeza, a veces húmedo o impregnado con material urticante.
Golpes repetidos a los pulgares de los pies, hasta que pierden adherencia
con el dedo, y se desprenden. Esto se hace con un martillo con punta de goma.
Extracción de las uñas de los pies y las manos. Procedimiento realizado con pinzas sólo a detenidos
de sexo masculino.
Presión constante en los testículos, mediante uso de pinza o alicate.
Existe una modalidad de tortura que consiste en una secuencia de varias acciones, previamente
determinada, contra el detenido en la misma habitación, a la que los funcionarios le llaman ‘El circuito’, del
que se supo por un caso de enero del 2020, cuando a un detenido trasladado a Caracas desde el
interior del país le aplicaron un circuito de descargas eléctricas, permanencia por largo tiempo guindado con
sogas, y finalmente golpes en los costados.
Primer Informe detalla que los daños que generan estas modalidades son variados. En el caso
específico de Hermilendris Benítez, de 32 años de edad, que fue formulada en audiencia de juicio
una denuncia sobre la pérdida de un feto, consecuencia de los golpes que habría recibido durante
el interrogatorio en la DGCIM de Boleíta.
Benítez había sido aprehendida junto a su esposo Yolmer Escalona y otras dos personas en el estado
Portuguesa, por el caso del “magnicidio frustrado”. Pese a que el informe médico consignado en el acto
de presentación ante el juzgado de control contra el Terrorismo en Caracas, el 11 de agosto, no indica
lesión alguna. Según su abogado, la mujer fue llevada tres semanas después de detenida al Hospital Militar
de Caracas, donde le hicieron un curetaje en el útero. La juez Carol Padilla, encargada de su juicio, dijo que
los informes consignados no revelaban embarazo alguno y sí un “quiste”.
Brayan Oropeza, otro de los procesados por el presunto magnicidio frustrado, también relató con
su propia voz cómo le extrajeron las uñas de los pies con pinzas, mientras era interrogado.
Las torturas impartidas buscan generar un impacto psicológico en el resto de la población reclusa, como
se constató en el caso de un funcionario de la misma DGCIM detenido por el plan
de evasión de Rodríguez Torres, cuyo terror a las torturas fue tal que supuestamente se arrojó desde
el tercer piso de la central de este cuerpo, en mayo del 2019. El hombre habría
sobrevivido a la caída y según abogados del Foro Penal, se encuentra recluido en el Hospital Militar
de Caracas, aunque la abogada Tamara Suju declaró que el hombre murió luego de cuatro
días de convalecencia.
No siempre las torturas logran las metas previstas y se registran dos oportunidades en
las que los detenidos reaccionan de forma airada al escuchar los gritos de las personas sometidas a este
tratamiento, o también cuando presenciaban lo que se hacía contra alguien de la población femenina.
El valioso informe de Una Ventana a la Libertad refiere otras formas de tortura referidas por
las fuentes consultadas, que intentan generar un quiebre sicológico en los interrogados:
Amenazas de violaciones o actos carnales contra los familiares o parejas sentimentales de las personas
interrogadas, en especial si estas se encuentran también en custodia. En algunos casos
los señalamientos indicaban que el acto se había llegado a concretar.
Amenazas de muerte.
Simulación de liberación intempestiva, para luego volver a las celdas.
Simulación de actos previos a una ejecución extrajudicial, mediante el amartillamiento de las pistolas
mientras el detenido se encuentra encapuchado.
Reclusión por tiempos prolongados en locales con total oscuridad o intensamente iluminados, pasando
de forma rápida a la situación contraria, ocasionando desorientación y ceguera momentánea en el detenido.
Reclusión por tiempos prolongados en habitaciones con temperaturas
excesivamente bajas, con el preso, en muchas oportunidades, esposado o inmovilizado.
Una de las ideas de las sesiones de tortura, es lograr que los detenidos participen en confesiones
grabadas, en un procedimiento similar al aplicado en el SEBIN. Los agentes impondrían al detenido
un set de respuestas, que éste deberá expresar frente a la cámara con naturalidad, a medida
que le van haciendo las preguntas, sin que ningún funcionario aparezca en la grabación. Sin embargo
estos videos no son divulgados ni presentados en juicio oral.
En la sede de Boleíta no existe un reglamento escrito o previamente conocido
del régimen de castigos, sino que éstos se aplican a discrecionalidad. Estos tratamientos
han sido calificados como castigos puesto que surgen como respuesta a conductas
previas de los detenidos. Algunos podrían entrar en la categoría de tratos crueles o degradantes:
Aislamiento prolongado. El detenido no podrá salir ni para defecar, mientras que otros sí podrían hacerlo.
Privación de visitas familiares y de abogados por tiempo indefinido.
Incomunicación conel exterior.
Privación de exposición al sol.
Privación de alimentos.
Inmovilización prolongada mediante esposas que puede durar hasta 2 días contínuos, incluyendo pernoctas.
Obligación de comer alimentos en el suelo, sin posibilidad de usar las manos. En oportunidades
esto suele suceder en el mismo espacio donde el detenido guarda una bolsa con sus excrementos.
Pese a que la DGCIM de Boleíta cuenta con paramédicos para casos de poca gravedad, al ocurrir
casos de mayor envergadura, los detenidos no reciben atención inmediata, dando como
excusa el no poder hacer traslados sin la orden del juzgado de la causa.
Centro de detención en Fuerte Tiuna
Se trata de una edificación relativamente nueva, construida desde mediados del 2019, que ha
sido destinada para el alojamiento de detenidos considerados de alto perfil, que requieren
una vigilancia especial.
No todos los que llevan a esta sede han sido detenidos por la DGCIM, como el caso
del diputado Edgar Zambrano, quien fue detenido por el SEBIN, pero recluido allí.
Según, Primer Informe llegar al sitio implica pasar la alcabala externa de Fuerte Tiuna y varios
puntos de control internos, además del punto de verificación de la DGCIM.
Durante la elaboración del informe, la ONG Una Ventana a la Libertad dice que no se recibió información
de torturas o tratos crueles en ese lugar, debido quizás, al perfil de los detenidos
que allí se encuentran, sin embargo, hay quejas sobre la deficiencia de la alimentación y los retardos
en la atención médica, con enfermedades que se agudizan debido a la ausencia
de fumigación, con personas afectadas por enfermedades derivadas de ataques por plaga.
Las condiciones de aislamiento y privaciones son permanentes, causas de la huelga de hambre
que habría realizado el mayor general Rodríguez Torres, quien logró con esta protesta
que le permitieran recibir 15 minutos de sol al día.
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